
Hacer y diseminar arte también puede hacerse de forma ubicua segun David Hockney
junio 15, 2010David Hockney es uno de los grande pintores vivos y un icono de la pintura moderna, del pop art británico y mundial. tanto The Times como The Guardian han publicado sendas entrevistas en las que Hockney no sólo habla del iPhone y del iPad sino que también explica su relación con las nuevas tecnologias móviles. Sus explicaciones son muy interesantes en nuestro contexto ya que es fácil imaginar a través de su visión muchos otro usos de estas herraminatas digitales, por ejemplo, en el aprendizaje.
David Hockney, la seman pasada. Foto BBC/Nottingham
Segun informa la agencia Reuters, el prestigioso pintor británico David Hockney, de 72 años, ha afirmado que el nuevo iPad de Apple es ‘una bendición’ para el arte.
Tras experimentar con fotos hechas con un iPhone de sus trabajos, cuya serie mas famosa es un conjunto de cuadros en cuya tamatica estan presentes las piscinas, ha afirmado, en una entrevista publiciada en The Times, que «El iPad es muchas cosas, pero una es que es una nueva herramienta visual muy útil». «Hay, obviamente un ‘lado oscuro’ en el iPad. No hace falta mucha imaginación para imaginar que se volverá más delgado, e incluso puede volverse como una hoja de papel. tal vez mas aelante puedan ser obligatorios, un pasaporte iPad con toda la historia de tu vida. quizá una nueva manera de control tal vez muy siniestra «.
Sobre las nuevas posibilidades de usso de estos dispositivos de pantalla táctil, Hockney esta convencido de que estos dispositivos «dan poder a muhas más personas porque ellos mismos `pueden diseminar y distribuir (globalmente) sus propias imágenes. Eso va debilitando a los antiguos proveedores de imágenes y quizá tambien a los gobiernos». «El el último año introduje mas de 300 dibujos en mi iPhone. El él sólo puedes verlos uno por uno. Eso es una especie de exhibición virtual a la antigua, pero te permite comparar unos dibujos con otros y reordenar y mantener grupos de dibujos juntos a voluntad». «Creo que el iPad va a tener efecto transformador en el arte».
David Hockney, contamplando en la en la Nottingham Contemporany Gallery su famoso cuadro The Grand Splash. Imagen BBC/Nottingham
El famoso cuadro The Grand Splash de Hockney, pintado en 1957, Foto Oddsock / Flickr CCommons
La relacion de Hockney con la tecnología móvil
David Hockney, nacido en 1937, ya experimentó con el iPhone para es uso en el arte y ahora argumenta y compara el iPhone y el iPad. Afirma sobre esto dos gadgets: «Creo que el iPhone esta mas limitado por la la relación con la mano y el oído (la ergonomía exige una la relación de distancia), y no tiene una relación tan interesante como la que existe entre la mano y el ojo que si se da en el iPad».
Sobre el iPad, Hockney, explica las razones de porqué lo ha adoptado «el iPad es un nuevo medio con enormes posibilidades para el dibujo. Y, sobre todo permite algo nuevo: enviar inmediatamente lo que uno hace a sus amigos, sin tener -comenta jocoso- obligatoriamnte que pasar a trevés de Sotheby´s» (la casa de subastas). Prefiere el iPad al iPhone porque «su ligereza le permite sostenerlo en una mano mientras dibuja con la otra.», Por otra parte -advierte Hockney «estoy ya demasiado sordo para usar teléfonos. Apenas hago llamadas». «Hasta que descubrí el enviar dibujos a través de mi iPhone no usaba apenas el e-mail. Pero como aumentó mi sordera he vuelto a usar el modo clásico de la escritura. Mucho antes de comprarme el iPhone había aprendido a escribir a máquina de manera tradicional, pero con el iPhone en muy poco tiempo aprendí a escribir con el pulgar».
No olvidar que David Hockney tiene 73 años. Esta claro que la ‘brecha generacional’ sólo es un asunto cultural y mental.
Es realmente sugerente este último post. Acabo de pensar una cosa que no sé si compartiréis: E
En muchos cuadros de Hockney, sobre todo los que comparten la temática de las piscinas como el famoso «The Grand Splash»(1957) o «Portrait of Nick Wilder»(1966), podría aparecer perfectamente cualquier producto de Apple en sintonía con el resto de elementos del cuadro: no quedaría anacrónico ni extraño ¿no os parece?. El diseño de estos productos comparte cierto espíritu estético hockneysiano: la planitud, la sobriedad, la perfección fría y silenciosa, casi minimalista, y los individuos un tanto etéreos, como ausentes. Si me permitís la broma y la referencia tecnológica, como si parte de ellos estuviera «en la nube».
Muchos artistas que superan las seis décadas están plenamente inmersos en las tecnologías digitales.
Quiero poneros un ejemplo que me toca de cerca.
Aquí http://www.carmenvan.es/ podéis ver la obra de Carmen Van den Eynde, doctora en Bellas Artes y profesora de informática aplicada a las artes en la Universidad Complutense de Madrid. Todas esas flores maravillosas que veis, son solo ceros y unos: Carmen es experta en creación infográfica.
Tuve el placer de ser alumna suya en la asignatura «Imagen Digital» hace unos años. Eludiendo cómo podía los recortes presupuestarios de la universidad pública (no se disponían de ordenadores ni de licencias de software suficientes para que pudiéramos practicar en clase) Carmen, gracias a su disposición e interés hacía las nuevas tecnologías, consiguió que pudiéramos trabajar eficientemente on line en una plataforma hecha con moodle http://es.wikipedia.org/wiki/Moodle. Así, las clases consistían en ver a través de un proyector cómo se hacían las cosas, para luego practicar en casa. Esto no supuso ningún trauma, sino que, en mi opinión, enriqueció la asignatura: ella y toda la clase estábamos siempre muy atentos y participativos en los foros de la plataforma y las demás herramientas asincrónicas. Este modelo presencial-on line funcionó tan bien que, llegados a cierto punto, las clases «físicas» se usaron para compartir y ver obras de artistas y, en general, pasarlo muy bien observando el potencial del arte digital. En suma, para motivarnos.
Coincido con Adolfo, sin entrar en matices socioeconómicos profundos, en que la brecha generacional es una cuestión sociocultural. L@s alumn@s miraban a Carmen, por su edad, con sorpresa al principio y bastante pitorreo: cosas que en docentes más jóvenes no hubieran llamado la atención -pequeños errores o los típicos fallos técnicos que cualquiera puede sufrir a diario- generaban murmullos y risillas soterradas. Al final, creo que todos y cada uno de los jovenzuelos que protagonizaban estas incómodas chanzas, acabaron reverenciando a su estupenda profesora (bastante más «moderna» en mi opinión que muchos de ellos).
Como podéis leer en los textos del sitio que os he enlazado arriba, sólo se hace una referencia tan real como poética a cómo se cultiva el jardín en el que nacen las protagonistas de las obras y cómo se disponen estas flores para la composición final de cada imagen.
Carmen cultiva otros jardines que tienen que ver con el conocimiento. Os aseguro que sus flores han echado raíces en mi. Espero que algún día den sus frutos, aunque solo sea por deferencia a ella.
Hockney ya fue noticia hace un año cuando, con 50 años de exitosa carrera y 71 de edad, dejó los pinceles y se pasó al ordenador porque le interesan los colores y texturas que puede conseguir así:
http://entertainment.timesonline.co.uk/tol/arts_and_entertainment/visual_arts/article5950441.ece
En ese momento comenzaron a llamar a su trabajo «computer art», como si ya no fuera lo mismo lo que hacía, y el contestó así:
«¿Qué usó Leonardo para pintar la Mona Lisa? Pinceles, así que si cojo un pincel puedo pintarla, ¿no? ¡No! Un pincel, como un ordenador, es solamente una herramienta»
http://entertainment.timesonline.co.uk/tol/arts_and_entertainment/visual_arts/article6242747.ece
Así que no sólo supera la brecha de la edad, sino que comprende muy bien que las tecnologías están ahí para usarlas para lo que necesitemos y facilitarnos nuestro trabajo, lo cual no quiere decir necesariamente que lo cambiemos.
Por cierto, me ha recordado a un vídeo de Andy Warhol dibujando a Debbie Harry con un ordenador Amiga, en 1985:
No me parece casualidad que sean los dos artistas pop. La mayoría de los artistas pop nunca han valorado el virtuosismo con los pinceles ni el trabajo artesano y no han dudado en utilizar técnicas mecánicas o industriales para sus obras, muchas de ellas reproductibles o reproducidas y no únicas.