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¿Tecnología = Simplicidad?

marzo 20, 2012

Abordando el concepto de simplicidad, es obligado destacar al autor, científico, informático y artista John Maeda, profesor del MIT Media Lab , que recoge sus reflexiones en el libro «Las leyes de la Simplicidad, Diseño, Tecnología, Negocios, Vida»  que fue publicado en 2006. Para Maeda existe una equivalencia entre simplicidad y equilibrio, afirmando que “La tecnología ha llenado nuestras vidas hasta tal punto que nos hemos «atiborrado»” . En esta obra, Maeda propone se establecen diez leyes para conseguir la simplicidad con sus correspondientes estrategias. Se basan en reducir de forma razonada, en contra de la acumulación; en organizar bien para abordar la complejidad; en emplear adecuadamente el tiempo, sin invertir tiempo excesivo en esperas; en aprender para aumentar el conocimiento, puesto que el saber simplifica las acciones; en comparar la simplicidad con la complejidad, en una coexistencia necesaria; en valorar el contexto, aunque se encuentre en el límite de la simplicidad; en emocionar con los nuevos diseños, cuanto más mejor; en confiar en la simplicidad como vía de comunicación; en apreciar el fracaso, aunque no siempre sea posible alcanzar la simplicidad, sirve de aprendizaje; y se concluye en que la simplicidad consiste en sustraer lo que es obvio y añadir lo específico. Se sintetiza además tres claves: la lejanía que aparenta ser menos con la distancia, la apertura que simplifica la complejidad y la reducción de energía que consigue mejorar: «usa menos y gana más. Seguro de que así además, ganaremos todos».

Múltiples dispositivos y múltiples funciones. Ilustración: Dolores Valero

En pleno siglo XXI, en la era de la Sociedad de la Información, la tecnología debería avanzar en el sentido de simplificar la vida cotidiana de los ciudadanos. Continuamente se lanzan al mercado nuevos productos mejorados, avanzados, con más aplicaciones, en cortos períodos de tiempo, sin aprovechar las funcionalidades de los aparatos anteriores. Se crea en el ciudadano una necesidad de consumo imparable, de adquisición de productos más funcionales, aunque no sean útiles ni necesarios, por el simple hecho de tener el aparato de última generación, por acaparar más, por no quedarse atrás en las nuevas tecnologías. Pero, ¿hasta qué punto es necesario este vertiginoso consumo de nuevos aparatos tecnológicos?

Siguiendo la filosofía de Maeda, que entre otras labores, es diseñador de imágenes, se ha diseñado esta imagen basada en la repetición de una figura simple (una “pajarita”)<.

 

6 comentarios

  1. Muy interesante Dolores, he estado investigando un poco más sobre Maeda, y he encontrado una infografía muy buena en la siguiente dirección: http://3.bp.blogspot.com/-Kw3HKZCV98k/Tu2_jl94aNI/AAAAAAAAETU/2zFfUT9hUeU/s1600/leyes-de-la-simplicidad.jpg
    Además conocía algunos diseños de Maeda, como el del calendario de Shiseido o un trabajo de una botella que hizo para Id Magazine.
    Señalar que 10 años antes, otro diseñador alemán, Dieter Rams, jefe de diseño de Braun, escribió casi lo mismo en 10 consejos: por ejemplo: Lo simple es mejor que lo complicado, lo obvio es mejor que lo rebuscado y Back to purity, back to simplicity, algo así como de vuelta a la pureza, de vuelta a la simplicidad.
    Esperemos que con personas como estas, todo se haga sencillo, simple y nos ayude a vivir sin complicaciones, que bastante complicaciones tiene la vida.


  2. Dolores, sobre lo que comentas de que se crean cada vez más productos en cada vez menos tiempo, hay un documental muy interesante que recomiendo a todos sobre nuestro sistema actual de consumo y sobre la obsolescencia programada, para que cada X tiempo «necesitemos» nuevos productos tecnológicos y no dejemos de consumir. Es el conocido documental «Comprar, tirar, comprar» de Cosima Dannoritzer. Aquí podéis ver el documental entero, emitido en su día por TVE: http://www.rtve.es/television/documentales/comprar-tirar-comprar/


    • Mikel, el vídeo que mencionas refleja claramente cómo las empresas fabrican productos de corta vida útil conscientementes, para poder garantizarse la compra futura de sus nuevos productos. Este aspecto unido a los avances tecnologicos, diseños y marketing provocan en el usuario la necesidad de consumir.
      El objetivo empresarial actualmente dista mucho del anterior al siglo XX «Crear el mejor producto y que durara para siempre».
      Para algunos economistas, el consumismo es la única forma de crear empleo y progreso. La aparición de la obsolescencia programada surgió en la crisis de Wall Street, como solución a la recesión económica norteamericana.
      Ahora estamos viviendo una crisis a nivel mundial, ¿será aplicable consumir para producir y crear empleo? ¿Quién consume los productos fabricados? ¿No se producirán excedentes de fabricación y por tanto pérdidas para las empresas? ¿No quebrarán las empresas y se despedirán empleados? ¿Es favorable o inapropiado?


  3. Efectivamente, ¿hasta qué punto es necesario este vertiginoso consumo? Vertiginoso consumo fundado en el progreso por el progreso (económico para unos pocos) A este progreso-cambio dominado por el signo mercantil es el síntoma de un ‘cambio’ -al que me refería en conversaciones anteriores- que hay que poner bajo reflexión y análisis.


  4. Ojalá fuera cierto que la tecnología=sencillo, aunque quien consigue hacer que la tecnología sea sencilla, consigue un gran éxito.

    Uno de los casos más claros es el de Apple con la mayoría de sus dispositivos, ha creado producto muy intuitivos y usables y esa es una de sus claves de éxito.

    Tanto el sistema operativo como el de Apple y el de google Android han avanzado mucho respecto al sistema de windows que estaba alcanzando un nivel de complejidad incomprensible para muchas personas.

    Uno de los productos donde hace falta mucha sencillez es el de la televisión que se ha complicado mucho por culpa del TDT, seguramente Apple volverá a dar en la diana con una tele mucho más sencilla y útil que cualquier otra. Lo veremos pronto.


    • Como bien dices Encarni, Dieter Rams abrió camino a Maeda. Rams, diseñador industrial alemán, entre finales de los 1950 y 1960, trabajador de la empresa Braun, se basó en la funcionalidad en el diseño. Estableció diez principios del buen diseño: producto innovador, provisto de utilidad, estético, comprensible, discreto, honesto, valor anacrónicamente duradero, concepción de todos los detalles, respeto del medio ambiente, diseño en su absoluta mínima expresión. Éstos se asemejan a las diez leyes de la simplicidad de Maeda.

      El consumo, como señalas Carlos, fue una política mercantil de progreso, pero desigual para los ciudadanos, mientras las empresas incrementaban sus ingresos, la población se convertía en consumista “compulsiva”. Comparto completamente la insostenibilidad de este consumo desenfrenado, que necesita un debate social profundo.

      Esta filosofía de sencillez en los dispositivos tecnológicos es evidente en algunas empresas, como Apple o Google, como dices Javier, están ganando grandes cuotas de mercado. El usuario desea adaptar la tecnología a sus necesidades, alta interactividad, fácil uso, multitud de aplicaciones y funciones, portabilidad, … busca que le ofrezcan muchas opciones de uso, para poder seleccionar la más conveniente e intuitiva en el uso. Se están haciendo grandes logros, la tecnología Android ha dado un salto en este sentido, y seguramente será una línea de avance de los nuevos productos, ya se ha presentado la televisión con mando gestual.

      Vídeo sobre las posibilidades de la tecnología Android:



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