
invertir en aprendizaje informal es apostar por un nuevo enfoque educativo
abril 24, 2012¿Qué es el aprendizaje informal?
Coombs (1985) define el aprendizaje informal como el aprendizaje espontáneo; un aprendizaje no estructurado que se desprende de nuestras actividades diarias, las cuales tienen lugar en distintos ambientes. Se trata, pues, de un concepto diferente al del aprendizaje formal que tiene lugar en las aulas y que es el objetivo de nuestro sistema educativo.
El concepto de aprendizaje informal está muy relacionado con el de «lifelong learning«, que hace referencia a un aprendizaje continuo, que se produce a lo largo de la vida del individuo y que permite una constante construcción de conocimiento a partir del desarrollo de sus capacidades y habilidades y a partir de la interacción con los demás.
Diferencia entre aprendizaje formal y aprendizaje informal
Hay otras muchas características que diferencian el aprendizaje formal del informal, como bien establece Hager (1998).
Mientras que el aprendizaje formal se basa en la adquisición de un conocimiento explícito, fácil de obtener y estructurar, el aprendizaje informal se centra en la obtención de un conocimiento tácito que resulta más difícil de transmitir porque no está planificado, no posee un currículo formal, sino que emerge esencialmente de la interacción entre los aprendices. En este sentido, sí puede diseñarse un entorno específico para facilitar este aprendizaje informal, pero normalmente permanece implícito en la mayoría de las veces y, por lo general, el aprendiz no toma conciencia del conocimiento adquirido.
Mientras que el aprendizaje formal se basa en la adquisición de un conocimiento explícito, fácil de obtener y estructurar, el aprendizaje informal se centra en la obtención de un conocimiento tácito que resulta más difícil de transmitir porque no está planificado, no posee un currículo formal, sino que emerge esencialmente de la interacción entre los aprendices. En este sentido, sí puede diseñarse un entorno específico para facilitar este aprendizaje informal, pero normalmente permanece implícito en la mayoría de las veces y, por lo general, el aprendiz no toma conciencia del conocimiento adquirido. En este esquema podríamos ver las equivalencias entre las características básicas del aprendizaje formal comparadas con las del informal:
Pero, ¿qué aporta de nuevo el aprendizaje informal?
Edgar Dale fue un prestigioso pedagogo estadounidense que desarrolló el siguiente cono de la experiencia:
Si lo observamos detenidamente, podemos comprobar que gran parte de nuestro aprendizaje proviene de lo que hacemos, «learn by doing» (aprender haciendo), y sólo una parte muy pequeña proviene de lo que escuchamos o leemos.
Según María Victoria Manetti, los simuladores virtuales de aprendizaje favorecen la adquisición de este “learning by doing”, que es lo más difícil de adquirir en el mundo real. Por simulador se entiende la representación de un escenario que imita a la realidad haciendo posible la reproducción de lo cotidiano. Muchas veces es costoso reproducir esos escenarios pero las nuevas tecnologías acercan esta posibilidad en la que los docentes pueden plantear situaciones variadas, crear distintas estrategias que supongan una acción-reacción y que los aprendices puedan equivocarse sin que tenga perjuicio en la realidad.
A raíz de este ejemplo, puede inferirse que el desarrollo de las nuevas TIC fomenta este aprendizaje informal y cobra una especial importancia al proponer un nuevo enfoque educativo.
El papel de las redes sociales en el aprendizaje informal
En este sentido, las redes sociales están en pleno auge dentro de las herramientas virtuales para la comunicación y la educación. Las redes sociales se han situado como el canal específico donde participar en el ágora social, y parte de esta participación consiste en estar mejor informados y aprender.
La construcción del conocimiento en estas redes sociales se produce a través de la interacción de distintos nodos o fuentes de información (Teoría del Conectivismo). Por ello, estas redes sociales pueden desempeñar un papel muy importante en el aprendizaje informal. Art Kleiner (2002) explora la «teoría cuántica de la confianza» de Karen Stephon, que explica no sólo cómo reconocer la capacidad cognitiva colectiva de una organización, sino cómo cultivarla e incrementarla. En estas organizaciones, el individuo es, a la vez, consumidor y productor de conocimiento, teniendo la posibilidad además de difundir ese conocimiento a través de dichas redes.
El hecho de tener un acceso permanente a la red, (la aparición del concepto «siempre conectado») obliga a replantearse cómo ha variado nuestra forma de relacionarnos con los demás y cambiar los medios de enseñanza y aprendizaje. En este sentido, Sherry Turkle, socióloga y psicóloga, preconizó el efecto terapéutico que tendría sobre el ser humano nuestra interacción con Internet, los robots y los ordenadores. Quince años después, su discurso ha cambiado: «Apaguen sus teléfonos y empiecen a vivir», comentó en esta conferencia TED:
La socióloga explica esta dependencia a la accesibilidad a las nuevas tecnologías desde el punto de vista emocional: estar siempre conectadas/os nos permite tener atención constante, disponer de miles de foros donde ser escuchadas/os y nunca estar solas/os.
En tan solo unos pocos años de interaccionar con los ordenadores y en espacios virtuales, hemos perdido infinidad de valores humanos. O más que perderlos, los hemos confiado a las máquinas, esperando más de ellas que de las propias personas. Esto pone de relieve la inmadurez que aún tenemos hacia las nuevas tecnologías. Por ello, avanzar y cuestionar los nuevos usos telemáticos, y dirigir esa crítica hacia el fomento y ejercitación de nuestra inteligencia, podría ser el comienzo de un aprendizaje informal.
Nuestro sistema educativo fomenta este aprendizaje informal?
Nuestro sistema educativo actual fomenta un aprendizaje basado en objetivos y criterios de evaluación, que fomenta la estandarización: todo el alumnado debe aprender lo mismo, independientemente de sus características individuales.
Esta circunstancia resulta paradójica si reflexionamos acerca del peso específico que tiene el aprendizaje formal y el aprendizaje informal: gran parte del conocimiento que adquirimos a lo largo de nuestra vida es consecuencia del aprendizaje informal, sin embargo, este tipo de aprendizaje no es evaluado ni valorado.
Por otra parte, también se ha visto la importancia de las nuevas tecnologías en la creación de este aprendizaje informal, con lo que podría señalarse que, en el actual contexto de recortes sociales, que afecta a servicios básicos como la enseñanza, no es justificable la inversión en aprendizaje informal porque no hay recursos para dotar las aulas de estas infraestructuras. Sin embargo, y como hemos visto a lo largo de este texto, esta inversión en nuevas tecnologías no es condición imprescindible para impulsar este enfoque educativo, sino que la tecnología e Internet se erige como una herramienta más para crear esos Entornos Personales de Aprendizaje (PLE, en sus siglas en inglés). El esfuerzo debería realizarse hacia la confección de un contexto gratuito, dinámico y personal y no hacia inversiones monetarias.
Este fenómeno que podría denominarse «comercialización del entorno cibernético«, busca ponerle precio al tiempo que le dedicamos a los distintos servicios que nos ofrece Internet. Este aspecto afecta de forma evidente a nuestro aprendizaje informal. Así pues, y como advierte Régis Derbray: «no nos podemos dejar obnubilar por el medio técnico, pensemos en el entorno social». Es decir, que el aprendizaje informal no se desarrolla únicamente gracias a la tecnología de Internet, sino que se genera en un espacio social, que ahora también se sitúa en el ciberespacio, el cual ha sido creado por todos los internautas y, por tanto, nos pertenece. Podría decirse que al ser propietarios, no tenemos que pagar por estos servicios.
A este respecto, no hay que olvidar que el potencial educativo de Internet reside en la gratuidad de sus servicios, por ejemplo, mediante el desarrollo del software libre, y no en el número de equipos telemáticos disponibles por cada alumna/o. El ciberespacio como oportunidad de negocio, vuelve a estar dominado por grandes empresas. Sin embargo, en el contexto actual, este paradigma de control privado convive con una comunicación más horizontal que permite, entre otras cosas, el intercambio de recursos de aprendizaje.
Actualmente, asistimos a este desafío político y social en el que la ciudadanía desempeña el papel protagonista. El empoderamiento de la ciudadanía en Internet empieza cuando el/la usuaria/o-ciudadana/o busca información: navega. En ese momento, está adquiriendo una serie de conocimientos que son muy difíciles de controlar desde el punto de vista educativo. Sin embargo, ese hecho no se puede descuidar porque, de esta manera, accede a una gran cantidad de información y desarrolla destrezas para el manejo de esta información digital.
Este acceder a una gran diversidad de fuentes supone un aprendizaje en sí, ya que la búsqueda es siempre activa, lo cual significa una respuesta al monólogo discursivo que tradicionalmente han representado los medios de comunicación. La interactividad de este canal digital, Internet, supone una participación ciudadana a la hora de romper la unidireccionalidad.
Para concluir, os dejamos estos dos vídeos que ofrecen interesantes reflexiones acerca del aprendizaje informal:
En el primero, José A. Latorre habla de aprendizaje informal atendiendo a una petición formulada por la EAPC para unas Jornadas sobre esta cuestión
El segundo es un vídeo del Seminario eMadrid sobre «Redes sociales en educación»
que trata sobre «Cómo congeniar aprendizaje informal con programas académicos oficiales», cuyo autor es Daniel Burgos (UNIR)
de la Universidad Carlos III de Madrid
…………………………………
Fuentes:
• Ibáñez, J. (2003). Acceso a la Información y aprendizaje informal en Internet. En revista Comunicar, nº 21. (páginas 31-38)
• Adell Segura, J. y Castañeda Quintero, L. (2010) “Los Entornos Personales de prendizaje (PLEs): una nueva manera de entender el aprendizaje”. En Roig Vila, R. & Fiorucci, M.(Eds.)
• Coombs, P.H. (1985). The World Crisis in Education: A View from the Eighties. New York: Oxford University Press.
• Kleiner, A. (2002). Karen Stephenson’s Quantum Theory of Trust.
• Hager, P. (2001). Lifelong Learning and the Contribution of Informal Learning. En Sawano, Y. Ed: (Vol. International Handbook of Lifelong Learning). London: Kluwer
• Celis, B. (2012). La “ciberdiva” que nos pide desconectar
• Presentaciones: Aprendizaje informal y las-redes-sociales-elemento-clave-en-el-aprendizaje-informal
Qué interesante este tema del aprendizaje informal. Yo soy un auténtico fan de este tipo de aprendizaje.
Hay muchas personas que gracias a un aprendizaje informal incluso pueden aprender mucho más que otras a través de un aprendizaje formal. El problema es que muchas de ellas no pueden demostrar ese conocimiento a través de un título y como sabeis en este país vivimos de la titulitis del Curriculum Vitae, que a veces bien poco muestra las capacidades de un candidato.
En una entrevista de trabajo como mucho te piden que demuestres que sabes de lo que teóricamente sabes gracias a un título, ¿y donde queda lo demás? ¿cómo le explicas a un reclutador que sabes de algo de lo que él no sabe y que no puedes probar con un título?
En algunas disciplinas como en los idiomas puedes acreditar tu conocimiento con un título que te puedes preparar tu sólo, pero en muchas otras no.
En mi opinión el sistema educativo debería fomentarlo y además ponerlo en valor mediante pruebas o títulos.
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Me parece un post muy interesante ( y muy currado). Desde luego, debemos apostar por el aprendizaje informal, tanto para potenciarlo, es decir, crear las condiciones para hacerlo posible, como para reconocerlo.
En la sociedad hacia la que caminamos, cada vez van a tener menos valor los títulos entendidos como justificante de «lo que sé», pues se nos considerará en función de «lo que soy capaz de resolver», y esto lo habremos adquirido mayoritariamente por vía informal.
Ah!! y muchas gracias por «usarme». Es todo un orgullo formar parte de esta brillante reflexión que habéis escrito.
Saludos: José A. Latorre
El aprendizaje formal tiene una conexión directa con otro concepto muy afín, incluso paralelo y, a veces, casi sinónimo. El concepto de «educación expandida».
Hace pocos años se realizó un interesante simposio en Sevilla, auspiciado por el Zemos98, que trataba el concepto mencionado: «la educación expandida. La educación puede suceder en cualquier momento, en cualquier lugar»: http://www.zemos98.org/eduex/spip.php?rubrique1
Si no habéis visto el documental «La escuela expandida», echadle un ojo. Es un buen ejemplo de aprendizaje informal. El documental fue desarrollado por miembros del Zemos98 a partir de una experiencia p2pedagógica realizada en un instituto ubicado en el barrio de las 3000 viviendas, polígono sur de Sevilla, implementada por el grupo de gestión cultural Platoniq, la dirección del centro y todo el alumnado. Muy interesante: http://www.zemos98.org/eduex/spip.php?article133
Gracias, Carlos. Le echaremos un ojo porque tiene buena pinta.
Me he equivocado al principio del comentario anterior: donde dice «El aprendizaje formal» debería ser «el aprendizaje informal». Disculpad la errata.
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Es curioso que donde mejor se conocen a los alumnos y alumnas es en el aprendizaje informal, por ejemplo en actividades como aprender a hacer pan en una panadería, realizar juegos cooperativos de reciclaje, es donde puedes ver cómo se comporta realmente, porque en clase saben cómo tienen que comportarse para que a la profe le caigas bien.
Por otro lado, está el tema de los simuladores, que me parece básico en los tiempos en los que corren. Una de las asignaturas que más cuesta entender a un niño es la de Conocimiento del Medio. Si hubiera simuladores para explicarles todo lo entenderían enseguida, porque todo lo que no sea tocar y ver realmente, no alcanzan a comprenderlo. Por ejemplo, yo he utilizado Second Life para construir casas, reconocer estaciones en un mismo paisaje, etc… Recordemos que muchas prácticas del ejército y de Fórmula 1 o del deporte se realizan sobre simuladores. Una buena forma de aprender de forma informal. Básica la educación informal, complementada con la formal, las personas se encuentran más cómodas y afines a sus gustos.
El aprendizaje es la forma natural de aprender de un niño a caminar o a hablar, se sustenta en una necesidad propia de aprender, de evolucionar, de crecer,… pero sin imposiciones, en cualquier lugar, mediante la práctica.
Aplicarlo a un grupo de alumnos, diversos, con diferentes inquietudes e intereses es complicado, pero realmente constructivo, convirtiéndose en «aprendizaje verdadero». Como herramienta útil, como señala Encarni, los simuladores recrean situaciones complicadas de entender.
A veces me he planteado si se necesita «estar conectado siempre». Me cuestiono como dice Sherry Turkle si modifica la tecnología nuestra forma de relacionarnos emocionalmente con los demás. La nueva forma de interacción nos cambia, ¿hasta qué punto?
Hola, qué bien que el post haya suscitado tanta participación. Lo de los simuladores, lo incluimos a propósito para discutir hasta qué punto estos sustituyen a la experiencia real de tocar y ver, como comenta Encarni. Al igual que reflexionamos al final del post sobre que el aprendizaje informal es posible sin la mediación de las tecnologías.
Aprovechando el ejemplo de Encarni en la asignatura Conocimiento del Medio, ¿no creeis que sería más educativo trasladar una clase a una granja escuela, por poner un ejemplo? y si la excusa para no dar la posibilidad a los alumnos de relacionarse con el medio, es que es muy caro, ¿no estamos desarraigando a las generaciones futuras de su derecho a estar conectados con el medio en el que vivimos?
En conclusión, si para enseñar a lxs alumnxs acerca de algo tan básico como de dónde viene la leche o el huevo que comen, debemos trasladarnos o utilizar un simulador, ¿no deberíamos replantearnos nuestro estilo de vida y tipo de desarrollo (urbanístico, educativo, económico…etc!!) como responsable de menospreciar el aprendizaje informal?
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El aprendizaje informal me parece básico, en tanto que mucho de lo que podemos aprender en la vida lo podemos hacer fuera de las aulas y fuera del sistema educacional reglado. Si tuviéramos más en cuenta este tipo de aprendizaje, seguramente sería más fácil adivinar también los gustos y habilidades de los alumnos, para encaminarlos de cara al futuro.
Por otra parte, me parece que la tecnología actual es una gran ayuda para el aprendizaje informal. Al fin y al cabo, gracias a la ubicuidad de los dispositivos actuales podemos aprender cuando queramos, desde donde queramos. Además, la fuerte interacción que permite la Red (a través de foros o redes sociales, por ejemplo), fomenta experiencias colectivas, aprendizajes compartidos y de ayuda (y enseñanza) mutua. Y también potencia el «aprender haciendo» (del que ya hablamos en su momento en el post sobre la vía hacker https://aprendizajeubicuo.wordpress.com/2012/03/13/aprendizaje-la-via-hacker/), que es como realmente se adquieren las competencias y los conocimientos. En ese sentido, por ejemplo, son muy valiosos los simuladores (mencionados en el post y mencionados también por Encarni), ya que podemos adquirir todas esas experiencias virtualmente (y, por lo tanto, y una vez más, ubicuamente, en cualquier lugar y momento). En conclusión, que las nuevas tecnologías propician un ambiente favorable para el aprendizaje informal, y habrá que saber aprovecharlo.
Estoy con Mikel en que el aprendizaje informal es básico y por otro lado entiendo que el verdadero handicap para alcanzar el desarrollo necesario del aprendizaje informal estará en buscar fórmulas para darle continuidad fuera de las aulas y que personalmente, creo que debería empezar por la restructuración del actual sistema de enseñanza, empezando por las universidades que forman a los futuros docentes. Me parece que es un reto y que las tecnologías podrían y ‘deberían’ jugar un papel determinante en la futura planificación que se realizase del sector educativo.
Hay un aspecto del aprendizaje informal que me gustaría subrayar: éste se produce para dar respuesta a necesidades. Hago una distinción entre necesidades, y proyectos u objetivos, que no necesariamente coinciden. La riqueza y la intensidad de los aprendizajes informales es proporcional a las necesidades que satisface. De igual manera respecto de los «des-aprendizajes» o adecuación de aprendizajes anteriores a nuevas circunstancias.
Por otra parte, se promuevan o no, los aprendizajes informales inundan los entornos formales. Por ejemplo, cuando un alumno «aprende» a copiar en un examen, o a negociar estrategias para conseguir aprobados. Pero también, cuando profundiza por su cuenta una cuestión curricular que le interesa especialmente (cosa que lamentablemente no ocurre con frecuencia).
Los aprendizajes formales son inevitables. O dicho de otra manera, parecen ser inevitables los «contextos formales de aprendizajes». No se trataría tanto de construir «simulaciones de lo real» (que también, dado que todos los recursos pueden ser útiles), puesto que la escuela también forma parte de lo real, también es un escenario riquísimo en experiencias no formales.
Quizás, más que «apostar por los aprendizajes informales» en un sentido literal, se trataría más bien de, dentro del contexto formal, reconocerlos y recuperarlos reflexivamente. Esto consistiría en intensificar la dimensión «experiencial» de la vida escolar, mirar y escuchar con atención lo que pasa dentro del aula, y reconvertir ese material en objeto de reflexión.
En la vida se aprende de los errores; en la escuela deberíamos utilizar la conciencia de los errores como instrumento fundamental de aprendizaje.
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