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La inteligencia ambiental (AmI) aplicada a los espacios de aprendizaje

mayo 1, 2012

El paradigma de la Inteligencia ambiental (o del Ambient intelligence. Aml) resulta aún algo difícil de describir al ciudadano medio, pero pronto no habrá que explicárselo ya que pronto se apropiará de él usando las tecnologías que son ya cada vez más cotidianas. La evolución de la computación,- que aquí llamamos aún informática- hacia lo ubicuo está haciendo habitual el usar lo que en el MIT MediaLab llaman ‘objetos, -cosas-, cuya inteligencia hemos aumentado digitalmente’.

En 2005, estuve en el Context Aware Computing Lab  (‘computación en función del contexto’, una denominación mucho mas descriptiva que las que se han usado después), un laboratorio fundado en el MIT Media Lab fundado por el pionero Ted Selker , en el que de la mano de uno de sus doctorandos, Ernesto Arroyo, pude ver los pioneros experimentos sobre Computación ubicua (Pervasive Compuntingque ellos hacían allí y comprobar que el nuevo paradigma tecnológico de la “Inteligencia ambiental” se estaba por fin haciendo realidad. El MIT Media Lab es un espacio de anticipación y por tanto de inventar objetos y tecnología y modos de usarla que después, de forma cada vez mas rápida, vemos irrumpir de forma súbita en nuestra vidas cotidianas. Las aplicaciones que podemos ver en estos laboratorios, los mas vanguardistas del mundo, no estan en su mayoría enfocados a los entornos del sistema de educación, sino a otros que tienen que ver con las oportunidades de negocio ya que las empresas que financian la educación. Aunque los financiadores no tienen permitido influir sobre los caminos que toman en las investigaciones, sí que están presentes c0mo agentes participan del contexto de la investigación que esta casi siempre plantada para solucionar problemas reales. Pero es habitual que allí haya muchos científicos y doctorandos empeñados en resolver problemas realas de campos concretos de las ciencia de la vida y de la salud o de cuestiones vitales para el tercer mundo . Sin embargo la libertad de proponer cientificamente problemas a resolver esta garantizada. Dicho esto, se pueden ver en este post ejemplos que se es obvio que se podrían extrapolar a cuestiones relativas a la problematica de la inclusión de estas tecnologías en el mundo de la educación. Un ejemplo claro esta explicado por Ernesto Arroyo en el vídeo mas abajo en este post, plantado para resolver dificultades, por ejemplo, a los parapléjicos, pero obviamente entre las dificultades de esas personas están también el acceso al aprendizaje y a la educación, o en el caso de aducación especial. Y muchos otros ejemplos, obviamente. A partir de estas imágenes del video quizá podemos imaginar diversos modos de introducir el paradigma Aml en los espacios de eduación ubicua como los que estamos debatiendo en la asignatura.

Imágenes, de 2006, tomadas en el Context-Aware Computing del MIT Media Lab. A la izquierda el rótulo del laboratorio y, a la derecha, la interfaz para manejar dispositivos digitales con el iris del ojo. Fotos: Adolfo Plasencia

La combinación de la evolución hace la miniaturización de la informática y la convergencia con la tecnologías de conexión inalámbrica (wireless), tecnologías de sensores y sobre todo con al telefonía móvil ha hecho que lo que eran costosos experimentos en laboratorios avanzados este formando parte de las tecnologías cotidianas y también de ámbitos en donde estan empezando a generalizarse desde el ámbito de la salud que es el que ya esta usando los primeras usos cotidianos. De ahí se van extendiendo a otros y desarrollando aplicaciones y artefactos que van a poder ser usados por todo el mundo.

En cuanto al aprendizaje y la educación, Ted Selker las incluía entre las áreas de aplicación de la ‘computación en función del contexto” que se puede asocia fácilmente al concepto mas actual de la ‘computación ubicua’ y por extensión al aprendizaje ubicuo.

Adolfo Plasencia y Ted Selker en el congreso pHealth 2008 (5th pHealth Workshop on Wearable Micro and Nano Systems for Personalised Health), celebrado en Valencia.

Los ‘ambientes inteligentes’ tienen que ver con espacios concretos en los que actúan sistemas electrónicos y de comunicaciones wireless, sensibles a la presencia de las personas. En ellos, los artefactos conectados ‘saben’ que estamos ahí y son capaces, por ello, de interactuar con nosotros e incluso anticipar deseos de las personas sin su mediación consciente. La computación ubicua conectada en red, incluso como parte del Internet de las ‘cosas’ (Internet of thinks), dotada de sensores adecuados es capaz de reconocer el contexto situacional de los humanos en determinados lugares y situaciones y, por ello, proporcionar servicios personalizados ya ciertos dispositivos digitales en ese ambiente inteligente son capaces de reconocer la presencia, ser sensibles al contexto situacional y proporcionar servicios de monitorización, adaptación e información biométrica útil en tiempo real. La cosa no queda ahí ya que a la complejidad de la Aml combinada con el ‘Internet de las Cosas’, se suma un tercer concepto que también emerge ahora ya que combina lo anterior con lo que se llama el movimiento “Quantified Self” que combina la auto-monitorización de datos vitales con el Social Media. Es decir, aprovechando las capacidades de los objetos ‘aumentados digitalmente’ y combinados con herramientas de agregación de datos distribuida, la gente recoge y visualiza datos sobre sí mismos (Quantified Self) de forma ubicua, y los comparten  intercambian y aprenden con otras personas con las que no siempre comparten un espacio físico concreto.

Visita al Context-Aware Computing en el MIT Media Lab. grabación y edición: Adolfo Plasencia
Nuestro ‘ambiente inteligente no solo se limita hoy al ‘ambiente’ físico próximo que nos rodea: esta formado por nuestra propia red de objetos capaces de conectarse entre sí, y a través de la red permitirnos, tanto conectar con ellos como, a través de ellos interactuar con otra personas. Algunos pueden ser para de nuestra ‘informática llevable’ (wearable computer) otros puede estar mas lejos y otros servirnos para gestionar contenidos en ‘La nube’ que compertimos con otra personas con las que interactuamos mediante el social media y todas sus posibilidades.

¿Como configurar un ‘ambiente inteligente’ dentro de un proceso planificado de aprendizaje en sistemas de educación estructura y reglada. Existen una miriada de posibilidades, siempre que esta bien configurando el ‘dentro’ y el ‘fuera de esa acción’. El realidad el sistema específico para un ambiente inteligente concreto debe estar al servicio del proposito concreto de la acción o proceso formativo de que se trate. Si ese proceso dormtivo (un asignatura dentro de un plan de formación concreto, una actividades concretas de docencia, etc. deben tener acordado los usos sincronico y asincónicos de los elementos que compone el AmI que complementa, sirve o da soporte a dicho proceso formativo al que debe servir en su propósito y no al revés. Dispositivos de un ambiente inteligente compartidos en una clase, con docentes y alumnos/a es hoy un reto: que el uso de la potencia de est ambiente formativo ‘aumentado digitalmente es un reto enorm y apasionante: son nueva posibilidades que acaban de nacer como el que dice. Y también el acceso a recursos y a potencialidades de creación, gestión y aprovechamiento de esos recursos basadoe en el cloud computing es y va a ser un reto apasionante y, en mi opinión, ha de ser una revolucion de abajo a arriba y de fuera a dentro, es decir, no creo que el uso de estas nuevas potencialidades para el aprendizaje las traiga ninguna reforma vertical de la educación, para bien se conseguir ‘inyectando realidad’ en las aulas al estilo de Harvard o de los alumnos y su profesores directos hacia arriba que las altas autoridades académica hacia abajo. Y, naturalmente el proceso de apropiación de estas nueva posibilidades tecnológicas habra de acercase como siempre se ha avanzado con los nuevos pasos en el mundo científico, a base de prueba y error, y siempre al servicio de las procesos docentes mas innovadores y flexibles. La tecnología en un medio, el aprendizaje, en cambio, en un fin en sí mismo y no al revés.

El entorno vital digital personal, o red personal de conexiones ubicuas podría tener este esquema (para ampliar+ clickear sobre la imagen)

Las preguntas que planten esto cambios son interminables y pasar de esta reflexión a aplicar todo esta en la prática han de resultar un proceso de aprendizaje contructivista en sí mismo: una clase en la que podamos integrar un ‘Ambiente Inteligente digitalmente aumentado’ -y no al revés-. Todo un emocionante y apasionante reto. Buena travesía tengamos todos en este periplo. Espero vuestra opiniones y comentarios a este post para debatir estos temas.

11 comentarios

  1. ¡Que envidia de laboratorio de locos visionarios! Se me ocurre un ejemplo de inteligencia ambiental aplicada a las aulas: un chivato que diga quién no pone atención en clase… unida a una descarga, y nos preguntamos ¿para quién irá la descarga? ¿al estudiante por distraerse o al profesor por no motivar? jajaja, no estaría nada mal, según la teoría constructivista sería al profesor. También podría el sistema no ofrecer ninguna descarga sino datos cuantitativos al profesor para ir conociendo cuando obtiene la respuesta de la atención de sus estudiantes según los estímulos que les esté dando en ese momento y disponer así que conocimiento sobre uno mismo, o “quantified self”, me encanta este concepto puesto que somos muy ignorantes de lo que hacemos o somos de tal manera que es muy fácil que una persona llegue a la incoherencia de pensamientos y actos. El futuro, desde luego, no está escrito ojalá sea tan fantástico como imaginamos.


    • Sin duda, un post muy interesante que nos permite abrirnos aún más los ojos a esta visión de futuro. Muy interesante también tu propuesta Roberto, pues al igual que tú, pienso que es necesario que en Educación, los que somos docentes nos cuestionemos acerca de nuestra labor, acerca de cómo hacemos nuestro trabajo y este tipo de «ambientes inteligentes» igual puede saldar muchas de estas cuestiones. Yo no lo haría a través de descargas los avisos pues no se trata de «castigarnos» sino de abrir los ojos a la realidad que tenemos delante y que muchas veces no somos capaces de ver. Al igual, podríamos utilizar sistemas similares de inteligencia ambiental, se me ocurre, en el trato con las familias pues igual es una forma de mantener un mayor contacto y de que también estas estén al tanto del aprendizaje de sus hijos. Y para los propios alumnos podría ayudar a generar mayor motivación en sus tareas, pues ayudará a conocer más a si mismos (que creo que es algo a lo que no estamos muy acostumbrados: a meternos dentro de si mismos para conocernos más)
      Realmente interesante las aplicaciones que este tipo de tecnología puede tener en medicina…poder hacer partícipes de ciertas actividades a parapléjicos, a discapacitados…pues lo mismo esto es algo crucial en el futuro de nuestra sociedad, donde cada vez es más difícil mantener la dependencia de alguien ¿no os parece?


  2. Leyendo el post y viendo a Ernesto hablando sobre la “Ambient intelligence” mostrando experiencias tecnológicas en Context Aware Computing Lab ha sido inevitable recordar un texto de Marc Prensky: ‘Homo Sapiens Digital’. El autor aludía al concepto de “realce digital”: la tecnología como “prótesis” cognitiva, extensión del intelecto. Esto lo conectamos directamente con la idea de Inteligencia Ambiental. Este tipo de “nuevas situaciones” nos obliga a reflexionar no sólo sobre una nueva definición de la tecnología, sino también en una redefinición de ser humano, o mejor expresado: redefinición del concepto de sujeto, la idea del “yo”. Establecer cuáles son las características (sociales y epistemológicas) que definen al sujeto, las cuales están en revisión…, siempre en revisión: la ubicuidad del yo y sus potencialidades a través del ‘cloud computing’ nos empujan a establecer (pensar, reflexionar) nuevos parámetros para la educación. Parámetros que tengan en cuenta que el sujeto que se apoyará y se construirá educativamente a partir de “realces digitales” en relación con su entorno/contexto: software y hardware que pueden aprender a la vez que el propio sujeto.
    Ahora recuerdo con nostalgia (y cierta sorpresa) aquella película de hace ya 30 años, Firefox, del incomensurable Clint Eastwood. Película donde un prototipo de caza, de avión, era controlado por el pensamiento del piloto. Una realidad en puertas…

    P.D. Sigo dándole vueltas a la pregunta que hace Adolfo (a Ernesto) en relación con el seguimiento ocular desde los dispositivos tecnológicos: «¿Si en lugar de mirar a un ojo humano, mira a una cámara?» Inquietante e interesante…


    • Estoy de acuerdo, Carlos, del mismo modo que, tal y como comentamos el otro día en el chat, hay que ir redefiniendo conceptos, adaptándolos a lo que hoy entendemos sobre ellos, también tendremos que redefinirnos como sujetos, y en ese sentido deberemos redefinir la inteligencia (o por lo menos las competencias y las habilidades que tiene un ser inteligente para manejarse y sacar todo el potencial de la realidad que le rodea) con conceptos como el «ambiente inteligente». Un ambiente adaptado a diferentes necesidades y objetivos (educativos, o como decía Rosario familiares, médicos…). Al fin y al cabo, un «ambiente inteligente» que podremos adaptar a cada persona, según sus necesidades e intereses, y que además es un ambiente ubicuo que podemos llevar encima constantemente, terminará por formar parte de nosotros, por ser una extensión que soluciona nuestros obstáculos (físicos, psíquicos…) y potencia nuestras habilidades. Como decíamos en otro chat, es importante saber dónde acaba el humano y empieza la máquina, pero cada vez más, las personas dependeremos de estas máquinas que serán como nuestras extensiones y que serán, de alguna manera, parte de nuestra inteligencia, de nuestra manera para relacionarnos con el mundo, y también de aprender (tanto fuera como dentro de la escuela).

      Por otra parte, me parece genial que en estos laboratorios «la libertad de proponer cientificamente problemas a resolver está garantizada», porque unas líneas más arriba el post hace mención a la financiación, a las empresas que financian estos laboratorios y sus consiguientes proyectos. Y en muchos casos, los intereses y la filosofía de los que ponen el dinero es importante para saber el rumbo que tomarán las investigaciones, y saber si la innovación sólo irá encaminada hacia la búsqueda del beneficio económico o no.


      • Cierto, Mikel, las motivaciones son importantes en la promoción de la tecnología, en la justificación de la misma, en el sentido y lugar que queremos otorgarle. Existen posibilidades interesantísimas para un desarrollo beneficioso para con la sociedad. En la línea que comentaba Adolfo, y que subrayaba también Rosario en su comentario, creo que existe un campo de acción muy interesante en la potenciación de esta inteligencia ambiental en el ámbito de la medicina y ciencias de la salud. Remito un enlace de Tecnópolis.TV (conducido por Adolfo) en el que se resalta este aspecto:


  3. Ciertamente me parece increíble el desarrollo de la tecnología, conseguir interconectar dispositivos cotidianos («Internet de las cosas») y además controlarlos sólo con los ojos por ej.
    Este «ambiente inteligente» está comenzando a aparecer en nuestro entorno, con miniaturización, la auto-monitorización, la convergencia, las tecnologías de sensores, la ‘informática llevable’ (wearable computer) …
    Esta situación posibilita nuevas relaciones con los aparatos y con las personas, que pueden enfocarse a grupos con dificultades de salud como discapacitados, parapléjicos, minusválidos,… Debemos poner la tecnología al servicio de la ciudadanía, no al contrario.
    Aunque este progreso tecnológico no está dirigido específicamente a la educación, comparto con Adolfo, Roberto y Rosario que puede aprovecharse las posibilidades que ofrece para mejorar la enseñanza, incluso la reglada. Se debería crear una clase con ‘Ambiente Inteligente digitalmente aumentado’ integrado. ¿Cómo conseguirlo? Un gran reto complicado.


  4. Las posibilidades que tendría en la enseñanza individualizada me parecen enormes. El docente no se tendría que multiplicar por ocho para poder atender los distintos niveles de aprendizaje. Se podría jugar más con los intereses del alumnado formando agrupaciones según los mismos y no por los distintos ritmos de aprendizaje que, en ocasiones, nos lleva a una discriminación social.


  5. Adolfo y María apuntan al reto apasionante y lleno de enormes posibilidades que supondría la incorporación del Ambiente Inteligente al mundo de la docencia, y estoy absolutamente de acuerdo si no fuera porque son herramientas que por su precio, no están al alcance de la mayoría.
    En cierta manera esos pasos, aunque pequeños, se están dando en el seno de la sociedad actual, bien es cierto que más ligado a modas que emergen apoyadas por buenas campañas de marketing que por los beneficios que el uso de las nuevas tecnologías reportan a sus usuarios.
    Digo esto porque lo que para mí sería confort y bienestar incorporando domótica en mi casa y rodeándome de aparatos y dispositivos móviles que incrementasen mi bienestar, para generaciones anteriores a la mía, e incluso en la mía también, que se niegan a aprender su manejo alegando que ‘eso no es para mí’ -y no son pocos-, supondría una pesada carga muy difícil de sobrellevar.
    Debemos recordar y en esto comparto lo expuesto por Loli, que los primeros pasos ya los estamos dando y que cada vez nos sumergimos más en ese ambiente inteligente que todo lo inunda y que empezó de forma más intensa con la entrada de determinados terminales inteligentes y tablets en nuestras vidas. Desconozco que tipo de perfil abunda en la compra de estos aparatos pero sí sé que, como decía al comienzo de este comentario, buena parte de esas ventas se han producido más por una cuestión de moda que de necesidad.
    Es obvio que la entrada de Appel en escena y la simplificación con la que han gestado sus productos ha sido el paso definitivo para que las ventas de esta compañía hayan sido millonarias pero eso no te asegura una buena utilización de sus recursos.
    No obstante, lo que sí se ha conseguido es que nuestra forma de interactuar con otras personas de nuestro entorno y fuera de él haya cambiado ostensiblemente, igual que el modo como nos relacionamos con los demás y eso tiene mucho que ver con los cambios que la miniaturización de la informática y la convergencia digital han provocado en nuestras vidas.


  6. En principio pienso en el paso de los ordenadores que manejamos ahora a la integración de dispositivos informáticos y electrónicos en nuestro vivir cotidiano, un nuevo salto para la humanidad, a mi al menos me lo parece, no depender de un teclado, sino poder manejar cualquier dispositivo con la mirada, las manos, movimientos de todo tipo, con la apertura a la integración de personas con discapacidad.


  7. Estoy totalmente de acuerdo con los comentarios, principalmente con el de Sonnia, en el sentido de que, hasta qué punto las nuevas tecnologías las estamos utilizando para mejorar nuestra calidad de vida y confortabilidad -en el ámbito personal- o como mero instrumento para mostrar que estamos a la última, como una moda mas. ¿Pensamos realmente que los soportes que utilizamos nos facilitan la conectividad para nuestra formación e información, y mejorar nuestros conocimientos, o nos limitamos a su uso entre grupo de amigos o familia reduciendo así nuestra relación interpersonal, infravalorando, por lo tanto los avances tecnológicos y reduciéndolos al simple ocio?. En este sentido las familias transmitirían a los alumnos, principalmente a los más pequeños, el mensaje del uso de las tecnologías como instrumento de ocio, obviando la gran capacidad que podrían tener para su educación y formación y contradiciendo el hecho de que la tecnología es el medio y el aprendizaje es el fin (como bien comenta Adolfo en el post) y que ya debería comenzar a implantarse en todos los centros educativos.

    Por otro lado, en el aspecto profesional y más concretamente en el del periodismo, considero que el ambiente inteligente podría dar un absoluto vuelco a determinado tipo de periodismo en el que se confunde la participación ciudadana con lo populachero, al mantener al minuto informado al profesional de los medios y facilitar su conexión con los agentes de la realidad y poder transmitir con veracidad lo que ocurre, o al menos intentarlo.


  8. El artículo describe una nueva realidad que a mi me sigue resultando mágica. Los objetos como extensiones de nosotros mismos, capaces de analizar situaciones y responder a necesidades… Impresiona imaginar un mundo así, pero lo cierto es que ya está aquí y que la educación con su función tanto transmisora como transformadora de la sociedad debe abrirse a la potencialidad que nos ofrece.
    Uno de los interrogantes que se nos planean es cómo conseguir llevar a las aulas esta tecnología y ponerla al servicio del aprendizaje, máxime cuando existe una clara limitación económica.
    Al leer el artículo me ha parecido especialmente interesante el hincapié que hace Adolfo en la metodología de trabajo que se sigue en el laboratorio del MIT y creo que es precisamente aquí donde podemos encontrar alguna respuesta a las cuestiones que nos hemos planteado en los comentarios anteriores. El “ambiente inteligente” no es simplemente el resultado de las investigaciones desarrolladas en el MIT MediaLab, es en si una forma de vida, en la que la creatividad y la imaginación definen la cultura de trabajo de los estudiantes, investigadores y profesores. Quizá este sea el primer paso sobre el que debamos trabajar como educadores: crear rincones de descubrimiento, dónde se pueda poner en contacto a los educandos con esta nueva realidad tecnológica, que puedan sumar ideas y que, de forma global, se les permita integrar competencias que faciliten tanto el uso como la transformación de las nuevas tecnologías en recursos potenciadores de calidad de vida y de niveles más elevados de conocimiento y desarrollo.
    Este es un trabajo especialmente arduo en la educación formal puesto que, por un lado, los currículos cercenan en muchos casos las posibilidades de acción del profesorado y por otro, tampoco los educadores han sido formados para potenciar este tipo de metodología de trabajo. Sin embargo la experiencia real nos lleva poco a poco hacia ese “ambiente inteligente” a través de las tecnologías que van llegando a manos de la población general, como por medio de la nueva cultura creativa y colaborativa que se está desarrollando en la red. La revolución, como bien dice Adolfo en su artículo sólo puede ser de “abajo a arriba y de fuera a dentro”, así que el compromiso ético del profesorado en la escuela reglada nos exige promover cambios desde el aula e incorporar la realidad a la experiencias de aprendizaje de forma creativa.



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