
La incomunicación de la comunicación ubicua
abril 25, 2014La evolución en los usos de la tecnología ‘móvil’, sigue avanzando vertiginosa. Por una parte, surgen nuevos dispositivos mas y mas avanzados, con mejor conexión y con curva de aprendiza mas baja. Incluso la relación de los usuarios con los propios nuevos medios digitales ya en uso también cambian. Mi amigo, el profesor del Instituto de Empresa Enrique Dans publicaba hace pocos días en su blog una interesante reflexión sobre los cambios de uso en el e-mail ante el empuje de la mensajería instantánea, sobre lo que ha publicado un articulo titulado: «La mensajería instantánea se come al e-mail”, en relación a la poderosa expansión de la famosa aplicación Whatsapp. La reflexión que hace Enrique sobre el balance de la comunicación síncrona-asíncrona, y la la gestión de la intrusividad me resulta muy interesante. Sin embargo, creo que conviene entrar en el tema en las forma de uso y los objetivos del uso de la comunicación liberada del lugar. Como podemos comunicarnos ya en cualquier momento y desde cualquier lugar, ya parece no distinguirse que la comunicación tenga propósitos de ocio, de trabajo, de diversión o de necesidad instantánea ya que es algo que funciona a través del mismo dispositivo que maneja la misma persona. No sólo es importante el balance de la comunicación síncrona-asíncrona que comentaba Enrique, es también decisivo cómo vamos a manejar esta hibridación entre trabajo/ocio; acciones de comunicación de la vida personal versus acciones de la vida profesional. Y habría que reflexionar sobre otros tipo de intrusividad concreta…. por ejemplo, al usar el móvil en casa, para gestionar asuntos del trabajo… ¿la comunicación de lo ‘profesional’ es algo ‘intrusivo‘ para la vida familiar?, y trasladado el tema al entorno de la educación, ¿los mensajes de whatsapp que que tratan de temas de cotilleo entre amigos reciben o intercambian alumnos de una clase mientras están dentro de un aula, en la que esta teniendo lugar una clase, ¿es algo negativamente intrusivo para el acto docente de esa clase? ¿pueden hacerse usos de aprendizaje de esa tecnología dentro de la clase, evitando sus inconvenientes? Parece que la gestión de este tipo de intrusividad entre ocio/trabajo no está resuelta. Y las normas para resolverla ¿debe haberlas, o son cosas de la ‘autoregulación’ propia del respeto que pueda tener el alumnado hacia el profesor? ¿Es cosa de que sea el profesor o profesora quién dicte las normas de uso de la tecnología de conexión ubicua dentro del aula? ¿O debe dictar la dirección las normas y los tipos de uso de los dispositivos dentro del centro educativo? Surgen multitud de preguntas que responder.
La pintura «Mobile lovers», que el famoso grafitero Bansky dejó pintado hace poco en la calle Clement Street de Nueva York
En la vida personal, el empuje de la conexión ubicua también causa su efecto. Y esos efectos estan pasando a debatirse socialmente porque ocurren tan a menudo que no se pueden negar. Hasta el famoso artista de la calle y grafitero Banksy: ha denunciado e un obra en Nueva York lo que aparece como la ‘comunicación de la incomunicación’ de los smarphones en una pintura llamada «los amantes del móvil (Mobile lovers)», que el periodista Christopher Hooton en el diario The Independent descríbe así: «la pintura muestra esta luz artificial que vuelve notablemente fantasmagórica la escena, con una sombra de autismo sobre los protagonistas, que prefieren revisar por enésima ocasión sus mensajes de redes sociales a disfrutar del momento que comparten». ¿Calificar de ‘autistas’ a los jóvenes amantes, está en lo que muestra la propia pintura o es una interpretación de la generación anterior que no usó smartphone en todo momento y todo lugar? Quizá los jóvenes y nativos digitales poseen o están desarrollado unas habilidades adaptadas a un mundo de creciente comunicación ‘ubicua’ que quienes no las tuvieron y no las tienen, no acaban de asimilar.
Sin embargo, no todos los adultas piensan lo mismo. Henry Jenkins, fundador y director del Comparative Media Studies Program en el Massachusetts Institute of Technology , hoy profesor de Communicación, Periodismo, y de Artes Cinematicas en la Universidad del Sur de California, piensa que esas habilidades ya se pueden definir y las formuló como una nueva misión de la educación y su aprendizaje : «Si fuera posible definir la misión general de la educación, se podría decir que (hoy) su propósito fundamental es asegurar que todos los estudiantes se beneficien del aprendizaje de una manera que les permitan participar plenamente en el entorno público, la comunidad creativa global y la vida económica». Para ello definió las once habilidades que va a resultar imprescible dominar a los jovenes, -ya también a los no tan jóvenes-, de cara a su vida del futuro inmediato en un mundo dominado por la cultura de los nuevos medios digitales y sociales (New Media Culture). Estas once habilidades/capacidades (skills) para actuar intelectualmente de forma ‘ubicua’ mas allá de la distancia física, son:
- Play/Jugar/Participar > experimentar con lo que nos rodea como una forma de resolución de problemas.
- Performance/Actuación > adoptar identidades alternativas para el propósito de la improvisación y el descubrimiento.
- Simulación > interpretar y construir modelos dinámicos de los procesos digitales en la vida y el mundo real.
- Apropiación > probar distintos significados y remezclar contenidos de los medios digitales.
- Multitasking/Multitarea/Multifunción > explorar el propio entorno y el cambio de enfoque según sea necesario para detalles significativos.
- Cognición Distribuida > interactuar de manera significativa con las herramientas que amplían capacidades mentales.
- Inteligencia Colectiva > compartir conocimientos y comparar ideas con otros hacia una meta común.
- Judgement/Análisis objetivo > evaluar la fiabilidad y credibilidad de la información diferente fuentes.
- Navegación Transmedia > seguir con certeza el flujo de las noticias e informaciones a través de múltiples modalidades y medios digitales.
- Networking/trabajo en red > la capacidad de buscar, sintetizar y difundir información.
- Negociación > la capacidad de viajar a través de las diversas comunidades, discernir y respetar múltiples perspectivas, avanzar siguiendo normas alternativas.
Estas habilidades, según Jenkins vas a ser necesarias para desenvolverse con soltura en los usos profesionales de los nuevos medio digitales y por ello propone usarlos en la educación. Eso casi nadie lo duda ya de que es necesario. Y hay muchas preguntas sobre cómo integrarlas en nuestro inercial mundo educactivo.
Somos, en general todos nosotros muy inerciales y miméticos en el uso la tecnología y parecemos convencidos que todos lo usuarios actúan igual que nosotros con las tecnologías que usamos, cuando en realidad hay, en la tantas formas de usar la tecnología como usuario dada la enorme diversidad de las formas de cognición humana. También ocurre que el entusiasmo que provoca el poder usar la tecnología de forma que nunca han sido posible antes puede hacer que se use como una moda, al estilo hipster, a veces como una necesidad ficticia, e incluso en algunos casos convertirla en un fin en sí mismo, en lugar de un medio para obtener un propósito. Hay mucho que debatir. Espero vuestros comentarios.
En la foto, un adulto que parece resignado ante el entusiasta uso omnipresente de la parafernalia tecnológica por las jóvenes.
La «Incomunicación de la comunicación ubicua» plantea multitud de temas que merecen ser debatidos. Inicio un comentario del aspecto que en este momento me resulta más inmediato, la regulación de la comunicación ubicua en los centros educativos.
En la actualidad, y por las informaciones de las que dispongo, en cualquier comunidad autónoma del territorio español, pero también por lo que sé en ciertos de países europeos por igual, es la normativa del propio centro quien decide de qué modo se emplean los móviles en el recinto. En todos los casos la norma es la misma: prohibirlos. Si alguien del profesorado quiere hacer una excepción y emplear estos dispositivos en el aula debe comunicarlo a madres y padres y al propio centro.
Otro ejemplo de prohibición del uso de los móviles lo tenemos en el régimen sancionador que se está desarrollando por la cada vez más frecuente escena de alumnado copiando en los éxamenes.
Del mismo modo se les retira el móvil y se les sanciona cuando se pasan un mensaje por el móvil estando en el aula.
Uno y otro ejemplo muestran la ausencia total de reflexión sobre lo que está sucediendo a nivel de comunicación en esta generación y se impone la barrera pàra que de algún modo «todo siga igual».
Sin entrar en si estos usos están bien o mal, no deberíamos al menos suscitar además de la prohibición si por ejemplo, el sistema de exámenes memorísticos sigue siendo válido y si tal vez no deberíamos plantear exámenes de consulta en el móvil o el ordenador directamente, mostrando si han interiorizado criterios sobre cómo convertir la información en conocimiento por ejemplo?
O en el caso del móvil, no deberíamos plantear actividades de comunicación, redacción, transmisión de información, juegos educativos…. que eduquen sobre otros usos posibles de estos dispositivos y redes sociales?
El centro en el que yo trabajo es uno de los denominados «de innovación tecnológica» de la Comunidad de Madrid. Ello presupone adaptaciones metodológicas y por supuesto recursos de todo tipo volcados para este propósito.
Recientemente propuse a mi alumnado el uso de una webquest como repositorio para las actividades que hacemos en el «Taller Audiovisual» para el que empleamos las cámaras de los móviles. Uno de mis alumnos de 3 ESO me dijo, «…bueno, es que esto es el no va más. En las otras asignaturas nos limitamos a entrar en alguna página web…» Quiero puntualizar que los docentes cobramos un complemento de productividad por realizar actividades para este contexto de «innovación».
Porqué no se dota de un plan de formación al profesorado implicado en este tipo de proyectos por ejemplo, sobre el sentido más profundo que debería tener la sociedad del conocimiento para nuestro alumnado? Digamos que si somos de «otra generación» y no nos hubiéramos enterado de qué va esta revolución, de este modo se nos podrían dar herramientas para abordarlo de modo más actualizado.
La única formación procedente de la Consejería de Educación en este sentido ha sido para organizar cuestionarios de evaluación del alumnado de la ESO en plataformas Mooddle… y por cierto, después de 4 años para implantarlos se demuestra que no son válidos para evaluar realmente y se cancela la experiencia a partir del próximo curso.
Habría esto pasado en los países nórdicos¿?¿?
En realidad parte de la realidad que cuentas en una continuidad del planteamiento de la informática: asociar la tecnología con el hardware, con el dispositivo y no tener en cuenta los diferentes usos posibles de la tecnología y el cambio de lógicas que implica: en los centro educativos escolares aun es corriente dominante el ‘dentro’ y el ‘fuera: dentro=trabajo; fuera=no trabajo. De las misma manera, se sigue con los dispositivos de conexión ubicua es misma lógica, pero para un smarphone no existe el fuera y el dentro, se usa igual de bien dentro del edificio que fuera. Asi que la forma de control es: dentro de la clase/habitación, no se usa el movil , fuera, sí. En realidad en el fono hay una inercia también de la picaresca. A un cientifico español que esta en Berkeley, le preguntaron delante de mi,,,¿cuel es el marco de actuación alli?: el dijo, lo puedo resumir en dos palabras: «canchullos ninguno». pues imaginate que se les dica a los alumnos cuando llegan a clase: en esta clase, chanchullos ninguno; es decir, se puede usar las herramientas para aprender pero no para cotillear, decir tonterias o molestar…. no se esta en una clase para eso. La coas es conseguir que todos los alumnos y alumnas esten alli para trabajar y aprender y despues ya pasarán a ‘modo’ ocio. Es una cuestion de ética mucho mas que de estética. Sis e consiguiera que los alumnos estuvieran an el acto docente ilusionados quiza no harian cosas que perjudiquen a la marcha d e la dodencia y por tanto perjudican a los demas. Hacer perder tiempo a los demas debería ser una falta grave. La coas es como conseguir actitudes leales y honrada en los alumnos. En muy facilón decir, mira, prohibe los moviles en las clases, es un anti-tecnología…. no es tan sencillo. De todas maneras, todo esto esta por ‘organizar’. Es algo que antes no había existido y hay que experimentar y probar. conseguir aprovechar las oportunidades que da la tecnología esquivar la amenazas que también trae. Bueno, esa es mi opinión.
Sobre el término que los colegas americanos emplean de «Chanchullos» para separar lo que es serio de lo que no lo es en el aprendizaje no entiendo porqué el concepto lúdico traído a las metodologías no es mucho más uitlizado, cuando está totalmente demostrada su «eficacia».
Por otra parte, es también sabido que la motivación y los aprendizajes significativos son también vehículos infalibles para la concentración, luego parece muy indicado extraer dispositivos o costumbres del entorno del alumnado para plantear las actividades, haciéndoles insivible, si posible, los muros de la institución educativa de tal modo que todo se convirtiera en espacio de investigación.
Bueno, a mi lo de chanchullos me lo dijo en español un científico español que este en Berkeley, así que no se como se dice «chanchullos ninguno» en inglés americano. Lo que si que sé es que la expresión es muy esclarecedora para mi. Significa, lo primero, honradez intelectual. No solo para manejar la articulación burocrática y los méritos. Hal Abelson me dijo que una de los pilares del MIT es la ‘meritocracia radical’, es decir, sin fisuras, son relativismos: quien tiene mas mérito y capacidad probadas, es el que merece y debe ganar el puesto, la financiación, el premio, lo que sea. Significa honradez por todas las partes, por parte de los aspirantes y pro parte de los que corrigen exámenes, miembros de un tribunal, de una comisión de admisión, de un tribunal de una oposición, y también «chanchullos ninguno» de los científicos y sus investigaciones (en relación a al la ciencia y a si mismos, y a sus propios resultados y publicaciones). Seria la situación hacia la que todos debieríamos ir. El mundo de la educación debería ser el mascarón de proa y ejemplo de honradez práctica para la sociedad, de una sociedad seria y civilizada, claro esta.
Imagínate, Elena, un mundo d e la enseñanza sin ‘chanchullos’ de ningun tipo en la que eso fuera tan vergonzoso e inaceptable en el ecosistema académico que nadie se atreviese a chanchullear, de arriba a abajo, en toda la cadena burocrática y de autoridad tanto académica como administrativa, en la que el mejor y el mejor esfuerzo sea mas recompensado, pero también «chanchullos ninguno» por parte de profesores pero también por parte de alumnos y alumnas. Imagínate una clase con todos los alumnos y profesores comportándose honradamente, guiado pro una ética a prueba de dificultades. Seria una clase alucinante, una auténtica Flipped Classroom. Todos creeríamos en la educación. Y con una educación así, acabaríamos creyendo en nuestra propia sociedad y quienes la administra ¿verdad?
Bien, solo hay que aplicar lo de «chanchullos ninguno» de manera radical a todo.. ¡Menuda revolución!
Sobre el aspecto central publicado en la «Incomunicación de la comunicación ubicua» hay un tema que me parece muy inquietante relacionado con la perspectiva con que se están analizando estos nuevos canales de «comunicación».
Considero que al resultar nuevos, son el blanco perfecto para poder volcar en ellos muchas de nuestras frustraciones que como civilización tenemos en torno al fracaso de nuestros modelos comunicativos.
Sin embargo son muchos los especialistas que no encuentran que estos dispositivos o las redes sean la causa de estos vacíos, sino o bien reflejo de algo que ya existía sin necesidad de que toda esta nueva cultura nos lo trajera o bien, estudiados desde una perspectiva positivista como lo hizo Jenkins en su día, se trata de un colmo de oportunidades de conexión y encuentros hasta el momento inesperados.
Un tema a debatir sería el porqué la «tecnofobia» y las propias dificultades para afrontar los cambios, pudieran estar frenando el avance y mejor empleo de estas oportunidades.
No cabe duda de que lo queramos o no este mundo es ya una realidad no sólo para generaciones jóvenes, sino para muchos otros que no somos precisamente unos recién llegados plenos de entusiasmo. Ante este avance imparable, cuál va a seguir siendo la postura? negar su utilidad? enfrentarla? intentar apagarla? cualquiera de los opciones parece absurda desde mi perspectiva.
Tal vez un estudio profundo e inclusivo, valorando lo mejor y lo tal vez menos acertado, sería la opción más interesante.
Tras el planteamiento de todos estos temas, considero importante no echar la culpa a los objetos que nos rodean de que nosotros no sepamos gestionar nuestras vidas, relaciones y comunicaciones con los que nos rodean. Debemos ser conscientes de que todo lo que llega a nuestras manos debemos aprender a usarlo y a incorporarlo a nuestra vida de una forma adecuada. Por ello no podemos separar la tecnología, que ya forma parte de nuestra sociedad, del entorno educativo. Tal y como dice mi compañera Elena, no podemos seguir desconectando a los alumnos y no implicarnos con la familia en el aprendizaje de un uso responsable y adecuado de toda la tecnología que tienen a su alcance en sus vidas. El mayor problema es que estamos anclados en un tipo de enseñanza en las escuelas que no es compatible con el aprendizaje con TIC. Seguimos primando el aprendizaje de datos memorísticamente ante los aprendizajes constructivos que permiten al alumno el desarrollo de las capacidades necesarias para hacer frente a los retos que la sociedad del conocimiento no reclama hoy. Y por ello, estoy totalmente de acuerdo con las palabras de Jenkin cuando nos dice cual debe ser el propósito general de la educación: Preparar al alumno para participar de la sociedad en la que debe desarrollarse. Y las once capacidades que nos expone, nos hace ver que necesitamos prepararnos para esta sociedad ubicua que nos permite comunicarnos con todos en cualquier momento.
Por tanto, si ya sabemos mucha teoría, ¿Cuándo vamos a llevarlo a la práctica y a cambiar las metodologías? ¿Por qué todos los intentos de implantar programas de uso de TIC en las escuelas no obtienen todo el éxito esperado?
o creo que los programas de uso de TIC en las escuelas no obtienen todo el éxito esperado porque a poco que los introduzcas, eleva el nivel de complejidad y ¿como se llevan los sistemas tradicionales de nuestra educación con una mayor complejidad?, pues mal. Sin embargo ya no podemos alegar ignorancia sobre lo que esta pasando, pero a ver cómo consigues que asuman sitacioonesmas complejas, pues dificil.
Sobre el debate que estais teniendo quiero añadir que parece que la educación reglada está perdiendo su capacidad educadora y se está quedando en un mero sistema credencialista…
Pero cuidado, porque yo creo que eso es ya el principio del fin de toda una institución…
Solo dejar un comentario corto, que tal vez resulte innecesario.
Complejidad no es lo mismo que complicación. Así, su antónimo es más lo simple que lo sencillo.
Un sistema complejo es aquel conjunto compuesto de diferentes partes interrelacionadas que ofrecen un comportamiento y unas características no evidentes a partir de las partes. Como todo sistema, tiene un objetivo concreto y sus partes colaboran para conseguirlo.
En el caso del sistema educativo, introducir una nueva parte (en este caso, las TIC) debe realizarse en función del objetivo, con lo que resulta necesario cambiar los comportamientos de las partes anteriores o el resultado obtenido puede ser completamente diferente del deseado.
Vivimos en un mundo complejo y estamos habituados a él, a la complejidad. Así es que pienso que adaptarnos a una nueva complejidad no tendría porqué ser complicado. La complicación más bien es un asunto que introducimos de forma un tanto artificial, tal vez por un «que nada cambie», porque el hombre es una especie conservadora (¿como todas las especies vivas?) y los riesgos asumidos deben proporcionar beneficios muy evidentes para que se adopten. Volviendo sobre el caso del sistema educativo, o bien estos beneficios no están tan claros o bien no se perciben como tales. Porque si fuera de otra forma, se adoptarían de forma sencilla (con «naturalidad») y no como Ana plantea que se está haciendo.
[…] de teléfono que les llega mientas estamos allí, sobre nuestra presencia que tiene delante). La comunicación y la incomunicación han cambiado y su contexto también. Que damos frecuentemente preferencia en nuestros valores de […]
[…] de teléfono que les llega mientas estamos allí, sobre nuestra presencia que tiene delante). La comunicación y la incomunicación han cambiado y su contexto también. Que damos frecuentemente preferencia en nuestros valores de […]