No cabe duda que los educadores tenemos una responsabilidad con la sociedad importante, y urgente. Los nuevos tiempos nos obligan a lidiar con nuevas situaciones para las que todavía debemos plantear qué soluciones tomar.
En una sociedad cambiante de modo exponencial, los centros educativos se han convertido en sólo una variable más, dentro del amplio entramado de fuentes de aprendizaje. ¿Cómo recuperar el control de la situación cuando no se dota de medios, formación, entidad a las instituciones docentes, y cuando el aprendizaje ya queda lejos de ser monopolio de ciertas instituciones? ¿Debe ser retomado ese control para obtener un monopolio que se antoja caduco e impotente a la hora de actualizarse?
Intercambio de opiniones. Reunión informal entre profesores y alumnos en el Killian Court del MIT
Parece que el cambio de mentalidad ya se está produciendo entre los nuevos formadores, estamos convencidos de que nuestra función es enseñar a los alumnos a ser independientes, a aprender a aprender, a adaptarse a los nuevos territorios culturales, sociales, laborales… Se hace urgente la adaptación de las nuevas herramientas y metodologías, de las TICs en el aula, del aprendizaje ubicuo.
Pero ¿cómo hacerlo cuando no hay medios económicos?. La respuesta es sumamente sencilla para muchos, pero nuevamente es compleja para los que deben llevarla a cabo. Los mercados nos tienen ensordecidos con sus cantos de sirena publicitarios a nosotros y a nuestros administradores.
Las instituciones sí parecen mostrar un gran interés, ciertamente, y aplauden sus campañas de introducción de tablets y ordenadores en cursos de primaria, por poner un ejemplo. El problema: ordenadores cerrados, a los que no se le puede modificar nada, ni siquiera el software, y encima son carísimos y en ocasiones ya desfasados. ¿Cómo es posible que las Administraciones, no solamente olviden que existe un amplio abanico de soluciones libres, sino que impida su uso? Pues al final es lo que ocurre siempre…
El iPad esta generando muchas expectativas entre los educadores
Creo que dentro de la maraña en que nos hemos metido como sociedad, sería una buena solución comenzar por educarnos en una nueva sociedad del aprendizaje que aproveche las oportunidades de la tecnología, no las ofertas y tendencias del mercado.
Los programas de Adobe, por ejemplo, son potentes y son útiles, pero no imprescindibles ni la única opción. La mayoría de los centros educativos no necesita una licencia de Adobe, ni de Microsoft, ni yo como docente, lo que necesitamos es crear una red de aprendizaje. Mostrar a los alumnos, a la sociedad donde se van a integrar que el aprendizaje es mucho más que eso, que un chaval de 23 años puede crear un escritorio virtual y dotar a miles de personas de la capacidad de gestionar proyectos globales, o que un chico de 19 años puede ampliar las características de Youtube en tres horas programando en su cuarto, y que pueden hacerlo con herramientas libres, gratuitas, simplemente con interés por aprender, sobre todo con los demás.
Quiero decir, y lamento la parrafada, que el problema no está en el torrente comercial de tecnología o en la incapacidad económica de adquirirla, y que estar en crisis es un problema gordo, cierto, pero que nuestro gran problema es que, simple y llanamente, queremos comprar. Comprar cosas que brillen y hagan cosas solas, ellas solas.
Nuestro problema es que todavía tenemos que aprender, y he aquí nuestra importancia como educadores, a degustar los momentos de aprendizaje por el mero hecho de aprender, donde sea, cuando sea, y sin límites de ningún tipo, siquiera geográfico. Y la oportunidad de hacerlo, tenerla, ya la tenemos.
Sistemas informáticos para el aprendizaje ubicuo. 