El paradigma de la Inteligencia ambiental (o del Ambient intelligence. Aml) resulta aún algo difícil de describir al ciudadano medio, pero pronto no habrá que explicárselo ya que pronto se apropiará de él usando las tecnologías que son ya cada vez más cotidianas. La evolución de la computación,- que aquí llamamos aún informática- hacia lo ubicuo está haciendo habitual el usar lo que en el MIT MediaLab llaman ‘objetos, -cosas-, cuya inteligencia hemos aumentado digitalmente’. Por supuesto, las ‘cosas conectadas’ de la que hablamos forma parte de nuestra Red Digital Personal, es decir, hemos pasado de la informática del Ordenador Personal (PC) a la de la Red Digital Personal. La ‘red de área local’ (LAN), clásica ha pasado de estar conectada al PC de sobremesa de nuestra casa y nuestra ‘oficina’ a nuestro smartphone que siempre va con nosotros y que ahora es el centro de nuestra red que ahora es móvil e inalámbrica. Así que hay un Internet de las Cosas propio a nuestro alrededor con diversa conexiones típicas de proximidad (Bluetooth, Wi-Fi, etc. ) que además, cuando lo necesitamos nos puede conecta a través de la infraestructura de telefonía con lo lejano, sean personas o ‘cosas conectadas’, por ejemplo, cuando le preguntamos algo a Siri en nuestro iPhone nos estamos conectando a su sistema de Inteligencia Artificial muy lejano y de grandes dimensiones (data center o granja de servidores), cuando parecería que Siri está siempre dentro de nuestro smarphone, pero no es así. Simplemente al apretar el botón inferior del iPhone (o del ‘Google Phone’ o con Android) y surgir en la Pantalla la voz de Siri, hemos pasado de la ‘red personal cercana’ a la ‘lejana’, sin darnos cuenta. Es importante tener conciencia de eso ya que uno de los efectos mas evidentes de llevar siempre el móvil a toda hora con nosotros es que hemos roto la dimensión intelectual de lo que tenemos ‘cerca’ y lo que está ‘lejos’ que tenia tradicionalmente. Eso tiene enorme consecuencias que da lugar a nuevos problemas que aunque no son nuevos (en la ventanilla de un banco desde hace décadas dan preferencia a una llamada de teléfono que les llega mientas estamos allí, sobre nuestra presencia que tiene delante). La comunicación y la incomunicación han cambiado y su contexto también. Que damos frecuentemente preferencia en nuestros valores de atención a los que están conectados desde lejos, sobre los que físicamente están a nuestro lado. Estamos cambiando las jerarquías, no sólo de nuestra atención, sino también de nuestras relaciones con los demás. Hay un gran debate sobre eso de si la presencia física debes ser mas relevante o no sobre la ‘presencia’ virtual o conectada digitalmente es uno de los principales debates actuales. Cómo se aplica esto a los ‘ambientes’ docentes, educativos y de aprendizaje (la vida cotidiana en los centros de enseñanza de todo tipo), merece nuestra reflexión, porque no solo esta afectando a nuestra ‘vida’ educativa sino también a nuestra vida personal, familiar y afectiva.
También es muy importante que, tengamos una ‘alfabetización’ y una habilidades (skills) mínimas sobre nuevos medios digitales, y sepamos cómo funciona o podría funcionar nuestra Red Digital Personal, de la que he hablado antes para ‘configurarla’ a nuestra vida y no que nuestra vida se adapte a ella. Es necesario que comprendamos sus mecanismos y que la ‘readaptemos’ según nuestros objetivos y propósitos vitales y que no aceptemos simplemente lo que nos ponga ‘por defecto’ los fabricantes de tecnologías tanto software (aplicaciones) como hardware (dispositivos), ya que la industria tiene unos objetivos económicos y de negocio, y en función de ellos, nos induce a usar sus productos tecnológicos de una determinada manera y quizá esos objetivos nos impone unos comportamientos que contradicen las necesidades vitales que tenemos en nuestra vida cotidiana. Hemos de ser nosotros quienes decidamos cómo usamos le tecnología y los dispositivos que hemos comprado y no el fabricante y la industria. Hemos de planificar y ejecutar nuestros propios ‘settings’ o preferencias en el uso que hacemos de la tecnología, para que no lo decidan otros por nosotros. Pero eso pasa por saber cómo funciona y como actúa y se despliega nuestra Red Digital Personal, es decir, nuestro contexto tecnológico próximo de usos de lo digital.
Esta contexto tecnológico no es para nada un concepto nuevo, aunque sí lo es mas su desarrollo en base a la telefonia móvil de conexión ubicua De concepto en realidad ya se hablaba de ello, cuando estuve en el Context Aware Computing Lab (‘computación en función del contexto’, una denominación mucho mas descriptiva que las que se han usado después) en 2005, un laboratorio fundado en el MIT Media Lab fundado por el pionero Ted Selker . De la mano de uno de sus doctorandos, Ernesto Arroyo, pude ver los pioneros experimentos sobre Computación ubicua (Pervasive Computing) que ellos hacían allí y comprobar que el nuevo paradigma tecnológico de la “Inteligencia ambiental” se estaba por fin haciendo realidad. El MIT Media Lab es un espacio de anticipación y por tanto de inventar objetos y tecnología y modos de usarla que después, de forma cada vez mas rápida, vemos irrumpir de forma súbita en nuestra vidas cotidianas. Las aplicaciones que podemos ver en estos laboratorios, los mas vanguardistas del mundo, no están en su mayoría enfocados a los entornos del sistema de educación, sino a otros que tienen que ver con las oportunidades de negocio ya que las empresas que financian la investigación. Pero es habitual que allí haya muchos científicos y doctorandos empeñados en resolver problemas reales de campos concretos de las ciencia de la vida y de la salud o de cuestiones vitales . Sin embargo la libertad de proponer científicamente problemas a resolver esta garantizada. Dicho esto, se pueden ver en este post ejemplos que se es obvio que se podrían extrapolar a cuestiones relativas a la problemática de la inclusión de estas tecnologías en el mundo de la educación. Un ejemplo claro esta explicado por Ernesto Arroyo en el vídeo mas abajo en este post, plantado para resolver dificultades, por ejemplo, a los parapléjicos, pero obviamente entre las dificultades de esas personas están también el acceso al aprendizaje y a la educación, o en el caso de educación especial. Y muchos otros ejemplos, obviamente. A partir de estas imágenes del video quizá podemos imaginar diversos modos de introducir el paradigma Aml en los espacios de ‘educación ubicua’ como los que estamos debatiendo en la asignatura.
Imágenes, de 2006, tomadas en el Context-Aware Computing del MIT Media Lab. A la izquierda el rótulo del laboratorio y, a la derecha, la interfaz para manejar dispositivos digitales con el iris del ojo. Fotos: Adolfo Plasencia
Conceptualmente ‘ambientes inteligentes’ tienen que ver con espacios concretos en los que actúan sistemas electrónicos y de comunicaciones wireless, ‘sensibles’ a la presencia de las personas. En ellos, los artefactos conectados ‘saben’ que estamos ahí y son capaces, por ello, de interactuar con nosotros e incluso anticipar deseos de las personas sin su mediación consciente. La computación ubicua conectada en red, incluso como parte del Internet de las ‘cosas’ IoT (Internet of thinks), dotada de sensores adecuados es capaz de reconocer el contexto situacional de los humanos en determinados lugares y situaciones y, por ello, proporcionar servicios personalizados ya ciertos dispositivos digitales en ese ambiente inteligente son capaces de reconocer la presencia, ser sensibles al contexto situacional y proporcionar servicios de monitorización, adaptación e información biométrica útil en tiempo real. La cosa no queda ahí ya que a la complejidad de la Aml combinada con el ‘Internet de las Cosas’, se suma un tercer concepto que también emerge ahora ya que combina lo anterior con lo que se llama el movimiento “Quantified Self” que combina la auto-monitorización de datos vitales con el Social Media. Es decir, aprovechando las capacidades de los objetos ‘aumentados digitalmente’ y combinados con herramientas de agregación de datos distribuida, la gente recoge y visualiza datos sobre sí mismos (Quantified Self) de forma ubicua, y los comparten intercambian y aprenden con otras personas con las que no siempre comparten un espacio físico concreto. Este es un vídeo que hice en aquella vista al laboratorio con un diálogo con Ernesto Arroyo.
Visita al Context-Aware Computing en el MIT Media Lab. grabación y edición: Adolfo Plasencia
Nuestro ‘ambiente inteligente no solo se limita hoy al ‘ambiente’ físico próximo que nos rodea: esta formado por nuestra propia red de objetos capaces de conectarse entre sí, y a través de la red permitirnos, tanto conectar con ellos como, a través de ellos interactuar con otra personas. Algunos pueden ser para de nuestra ‘informática llevable’ (wearable computer) otros puede estar mas lejos y otros servirnos para gestionar contenidos en ‘La nube’ que compartimos con otra personas con las que interactuamos mediante el social media y todas sus posibilidades.
¿Como configurar nuestro ‘ambiente inteligente’ personal desplegado a través de nuestra Red Personal Digital?. Existen una miríada de posibilidades, siempre que esta bien configurando el ‘dentro’ y el ‘fuera de esa acción’. El realidad el sistema específico para un ambiente inteligente concreto debe estar al servicio del propósito concreto de la acción o proceso formativo de que se trate. En realidad la Red Personal Digital debe tener un uso de ‘geometría variable’ que debe adaptarse en cada momento a nuestro contexto de uso ya que hoy en día usamos los mismo dispositivos para aprender, divertirnos, trabajar, consumir o relacionarnos emocionalmente. Solo cambia el contexto de nuestra conducta y nuestra usos. Enviamos y recibimos un Whatsapp tanto para cotillear como para enviar un contenido o concertar una cita de trabajo. La App y su servicio es el mismo, solo cambia nuestro propósito en su uso. En cuanto al aprendizaje que es el objeto de esta asignatura, la tecnología, siempre es un medio un camino, el aprendizaje, en cambio, en un fin en sí mismo y debe ser al revés.
El entorno vital digital personal (Nuestra Red Digital Personal), o red personal de conexiones ubicuas y fijas sumadas podría tener este esquema (IMPORTANTE, para verla bien: Ampliar+ clickeando AQUÍ o sobre la imagen)
Las preguntas que planten esto cambios son interminables y pasar de esta reflexión a aplicar todo esta en la práctica han de resultar un proceso de aprendizaje contructivista (ver Apuntes, parte I) en sí mismo: una clase en la que podamos integrar nuestra propia Red Digital Personal creando un ‘Ambiente Inteligente digitalmente aumentado’ a nuestra medida, -y, reitero, no al revés-. Todo un emocionante y apasionante reto. Buena travesía tengamos todos en este periplo. Espero vuestra opiniones y comentarios a este post para debatir estos temas.